miércoles, 5 de octubre de 2011

Fragmento del Profeta..

    A vosotros ¡Oh hombres de buena voluntad!
    Y a  vosotros, los que aún no habéis perdido
    la confianza de serlo, a vosotros os hablo.

    Y, con la esperanza de que mi voz no
    se pierda en el fragor de la tormenta,
    os hablo con mi corazón.

    Mi corazón, hermanado al vuestro,
    a través de una misma sangre que a todos
    nos da vida.

    Sabed que mi lengua sólo será la voz
    de vuestros pensamientos; de vuestros
    pensamiento desordenados que, muchos
    de vosotros no atináis a desenmarañar.

   No os culpo por ello; pues sé que no es fácil
   acceder al interior de la conciencia,
   en este marasmo de ideas inconexas,
   donde hoy nos movemos a velocidades
   de vértigo.        

   Un vértigo que nos impide pensar,
   y nos va sumergiendo en la modorra
   soñolienta que lentamente nos anula
   los  sentidos.                                                       
                 
   Nos sería cómodo dejarnos arrastrar
   por esta placentera oleada de nulas
   sensaciones, si algo no gritara en nuestro
   interior advirtiéndonos del peligro
   que corremos.
                  

   Aún así, muchos son los que desoyendo
   la advertencia se dejan arrastrar hacia
   las sombras y mueren si haber vivido.

   ¡Qué triste, hermanos míos! Porque, si en verdad
   fuera éste nuestro destino… Os pregunto
   ¿Se hubiera tomado el creador tantas
   molestias en nuestro diseño…?

   Mas, ¡ay! Que no he venido para hablaros
   de metafísica; pues, todavía no
   estamos preparados para conocer
   la verdadera esencia de la idea,
   sino que he venido para hablaros de
   esta realidad tangible, asesina
   de nuestra esperanza.